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Mosquito

Todo comenzo con un inocente dolor en los dedos de los pies un lunes. No le di importancia ya que llevaba todo el dia en tacones de cuatro pulgadas y había asistido a una conferencia de prensa en la Legislatura, por lo que asumi que el dolor era por que había tenido que caminar bastante. El agite de la semana no me hizo sentir el cansancio hasta el miércoles en la noche cuando un horrible y extraño dolor en la espalda baja me hizo sospechar que algo no andaba bien. El dolor me recordó los dolores de contracciones de parto o de los inicios de un aborto espontaneo….con la única diferencia que no me encuentro embarazada!!!! Al dia siguiente, entre el picor en los ojos y el dolor en un punto especifico de la espalda, llegue a casa arrastrando los pies y me sepulte en mi cama tras un bano con agua casi hirviendo. Desperte a las 3 am con el peor dolor que he sentido en mi vida. No ha habido dolor de parto tan horrible como las punzadas en la espalda con las cuales desperté esa madrugada. En el estupor de mi sueno, pensé que tendría que llamar a mi fisiatra, pues algo extraño había hecho que me ocasionaba ese dolor. Pero no contaba con que no podría ni levantarme de mi cama en las horas subsiguientes. A las 10 a.m. tenia “rash” en los muslos… a mediodía mi pecho ya mostraba mas puntos. Era obvio…tenia el “chikun”, como cariñosamente la Secretaria de Salud ha bautizado el no tan cariñoso virus africano que se transmite por la picada de los mosquitos que pululan en nuestro Caribe tropical.
Habia leído la crónica de una conocida reportera con la chimichanga afrikana, como yo solia llamarle. Era espeluznante la descripción que había ofrecido alla para julio. Otras amistades habían comentado sobre sus dolamas consecuencias del chikungunya, pero pensé que estaban relacionadas con padecimientos de artritis, los cuales hemos sido advertidos se agravan con el chikun. Inclusive, vi un video bastante grosero con el que me rei sin parar, pero pensando que las imágenes recreadas eran una tremenda exageración. Como el 90% de los boricuas, pensé “eso no me va a dar”. Sin embargo, siempre tengo un pote de Off con Deet en la puerta de la cocina y otro en la terraza. Insisti en que los chicos y yo nos rociaramos como si nos estuviésemos daño un bano en Off a diario. Pero llego un mosquito realengo y sin nada que hacer y me pico… y con su picada comenzaron mis penurias.
Debo decir que el chikun es lo peor que he padecido en mi vida. No ha habido dolor similar o comparable. El dengue se queda chiquito. Ni la cesarea. Punto. La fiebre es diabólica. Aparecen de 102 a 104F de súbito e invade a uno un sentido de desesperanza o delirio. Me pase entre mi cama, la de mi hija y el sofá. Cosas tan sencillas como abrir una lata se convierte en una tortura. Camine con pies de plomo y huesos de cristal a la misma vez. Un dia sali de mi encierro a recoger la correspondencia al buzon frente a la casa. Llegar al buzon fue de por si una hazaña, ya que requirió bajar un escalon. Una vez tome las cartas y revistas en mi mano apareció una vecina y ex companera de trabajo. Rapidamente bajo la ventana de su guagua y me dijo “No me digas…” “Si, es chikun”…Y eso es lo mejor de esto, un paciente de chikun, reconoce a otro inmediatamente. Es como una hermandad. Ese andar doblao’ que le da el nombre en makonde a esta enfermedad, es una especie de “moonwalk” a la Michael Jackson…por que uno mientras intenta caminar no sabe si esta mas vivo que muerto, o si es un zombie mas del video.
Maldije al mosquito mil y una vez. …como un ser de apenas centímetros es capaz de transmitir semejante mostruosidad de virus? No hubo consumo de Vitamina C, agua, y frutas que aliviara el dolor o los síntomas del chikun. Una vez desaparecieron la fiebre delirante y la inapetencia…apareció el segundo “rash”. Mis hijos por poco infartan! Su madre estaba cubierta de pies a cabeza de miles de puntos rojos distribuidos en 61 pulgadas. Parchos rojos aparecieron en mis codos y mis pies se hincharon. Tal cual huracán, esto era como una virazón. El virus había reaparecido con venganza. Pies y manos se hincharon y enrojecieron como si tuviese una insolación. A mi juicio, es la peor etapa luego de la fiebre.
“Tengo chikun, me siento fatal” le comente a mi hija mayor y quien vive a casi 3,000 millas de distancia. “Dale gracias a Dios” que no tienes ebola” me contesto. Los hijos…siempre tan ocurrentes…que ebola ni que ocho cuartos….Pero peor fue el caballero de la estación de gasolina de Torrimar. Mientras pagaba en la caja el despacho de gasolina, el caballero me dijo “Senora usted tiene tremenda alergia”. “No…es el chikunguya” le conteste avergonzada de mis brazos al descubierto. Llevaba un vestido largo para cubrir el grueso de la urticaria, pero no logro pasar desapercibida. El caballero huyo despavorido indicando que a su juicio, eso no se propaga por la picada de un mosquito. Me sentí como del tamaño del mosquito que me pico…o como si fuese la transmisora de la peste negra.
Luego de pasar incontables horas viendo televisión, leyendo y sintiéndome fatal, finalmente me pude levantar y salir a la calle. Albricias! No hay mejor sensación que sentirse bien. Aun con mis globulos blancos a niveles desastrosamente bajos, me siento agradecida de haber sobrevivido el infernal virus.
Hubo quien se aterrorizo con mi estatus en Facebook. Lo hice a propósito. Quiero alertar a mis amistades y familiares cercanos. Esto no es dengue. Tampoco es influenza. Es peor…exponencialmente. Mucha gente se ha quejado que no se ha fumigado en sus pueblos y vecindarios. Desgraciadamente eso reduce la transmisión por un 5%. Lo que si funciona es revisar nuestros patios y eliminar vectores. Tambien ponerse vestimenta que cubra las extremidades y empaparse con repelente de mosquito. Al menos eso me ha funcionado con mis chiquitines, ya que afortunadamente no les transmiti el virus.
El chikun tiene tres etapas y los dolores e hinchazón pueden durar desde semanas hasta meses. Yo espero retomar mi vida normal entrada la semana que viene, aunque mis intentos de “normalidad” me han dejado exhausta al par de horas. Extranare mis maratones de lectura y el festin televisivo. Ya no tendre tiempo para ver a Ellen a las 4:00 p.m. puntual ni estare leyendo mi Twitter a cada hora. Mucho menos podre ver Dando Candela para enterarme de lo que pasa tras bambalinas en la vida de los “famosos” del país…
En resumidas cuentas, el chikun no ha llegado a proporciones epidémicas, aunque se haya decretado una epidemia en julio. Recientemente lei una columna en un periódico en la cual un galeno relata su experiencia personal y deduce que lo que le contaban sus pacientes se quedaba corto ante los síntomas que experimento. Por eso…entiendo que el virus adquirirá la prominencia y la urgencia que necesita el dia que el Gobernador o la Secretaria de Salud caigan en cama gracias a una picada de mosquito. Mientras tanto, adiós a los maratones televisivos y a las siestas vespertinas…que por ahí viene un huracán de la nada y el chikun solo será un recuerdo ante lo que se avecina!!!

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